Buena gente

miércoles, 14 de enero de 2015

Una experiencia "Real".



Hola a tod@s.

Por fin regreso tras el descanso navideño, ya iba siendo hora. Espero tener más tiempo durante este 2015 para poder publicar más amenudo que tengo un pelín abandonado el blog y eso no me hace ni pizca de gracia.

En esta ocasión quería estrenar el año con un post que estuviese a la altura, y aunque se que la calidad de las imágenes deja mucho que desear, el encuentro con este ser tenía que contároslo como fuese.

Se suele decir que todo ser humano al menos tiene cinco o seis experiencias imborrables a lo largo de toda su vida, y entre las mías ya esta sin duda la que tuve la suerte de vivir con la reina de las aves.

Hace ya un tiempo que empecé en esto de la fotografía de naturaleza, disciplina esta muy compleja y en la que no deja uno de aprender cada día. Cuando empezamos en esto sin duda, todos tenemos nuestros propios sueños, viajes a ciertos lugares que deseamos, especies de fauna concretas, etc. y seguro que entre estas últimas más de una vez hemos soñado con las rapaces.

Quien no anhela fotografiar una rapaz, quien no anhela fotografiar a esos seres genuinos que representan el poder , la fuerza, la gallardía, y que son la máxima representación de la naturaleza en todo su esplendor. Quien no ha soñado cruzar su mirada con la de una perdicera, con la del azor, con la de una calzada, y por supuesto quien no ha pensado en más de una ocasión que se sentiría al cruzar tu mirada con la de la reina de las aves; con la majestuosa Águila real.

 Pues yo al menos si, querid@s amig@s. Desde que la vi por primera vez cuando era un niño, en aquellos maravillosos documentales del hombre y la tierra, en aquel increíble capítulo que el doctor Felíx Rodriguez de la Fuente dedicó a esta increíble criatura. Quien no recuerda aquellas asombrosas imágenes del águila llevándose por los aires el recental de cabra montes, imágenes que han permanecido en nuestra retina a lo largo de toda nuestra vida.

Yo soñaba con un momento así, aunque también he de decir que con el paso del tiempo lo veía cada vez mucho más complicado. Sin embargo a finales del pasado verano tuve la suerte inmensa de conseguirlo, gracias a la generosidad de Javier Valladares, al cual dedico este humilde post, y al cual estaré eternamente agradecido por haberme brindado semejante oportunidad, gracias a él, pude hacer realidad uno de los sueños que tenía desde que era un crio. 

Nos invitó a mi , a mi hijo, y a mi buen amigo Manuel Mata a pasar un par de jornadas en su hide de la Real. Aun recuerdo los nervios de la noche anterior." ¿Entrará papá?" ,me preguntaba mi hijo una y otra vez. Yo asentía con la cabeza y le decía : "Ya veremos hijo, ya veremos". No quería ilusionarlo demasiado por si la reina de las aves decidía no acudir a la cita, pero voy a ahorraros toda una noche de nervios y de no pegar un ojo, y toda una mañana de espera. El Águila Real acudió.

Yo fui el primero en verla, entró por mi izquierda, como un rayo, como una exalación, a tal velocidad que ni tan siquiera pude meterla en el visor de mi cámara, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Volvió a tomar un poco de altura y rápidamente bajo de nuevo y se poso. La pierna me temblaba, las manos me sudaban. Allí estaba, la tenía delante, el sueño que tenía desde que era pequeño era ya una realidad, se palpaba, mi corazón se aceleraba hasta que entonces ocurrió. Se paró el tiempo, sus ojos dorados como la luz del sol se clavaron en los mios, me quede petrificado, multitud de imágenes pasaron por mi mente y multitud de sensaciones recorrieron cada rincón de mi cuerpo. Una mirada que no podré olvidar jamás. Una experiencia que ya está entre las cinco o seis que viviré a lo largo de mi vida. Una huella imborrable que ha tenido a bien dejar en mi la naturaleza. Su visita duró muy poco, apenas unos minutos, se marchó montaña arriba sin volver a mirar atras. Yo miraba a mi hijo, estaba muy emocionado, yo diría que casi tanto como yo, por que superar mi emoción en aquellos instantes era francamente difícil. No solo tuve la suerte de verme cara a cara con la reina de los cielos, si no que pude hacerlo al lado de mi hijo y de uno de mis grandes amigos. Que más podía pedir.....

Han pasado ya algunos meses desde aquel maravilloso encuentro y aún sigo pensando en ella cada día. Pienso en lo afortunado que fui de poder cruzar mi mirada con la suya y pienso que... ¿por que no?, quizas algun día nuestras miradas vuelvan a cruzarse, y es que como bien dice mi amigo Javi; hay miradas que no se olvidan nunca.

Sin más os dejo con algunas fotos de aquel encuentro. Como digo la calidad de las imágenes no hace justicia a las sensaciones que coseché aquella inolvidable mañana. 
Saludos a tod@s.



















Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...