Hola a tod@s.
Los días en la hermosa charca perdida en la dehesa, transcurren tranquilos. Al amanecer los primeros azulones irrumpen en ella, habriendo las aguas con sus patas membranosas al aterrizar.
De lejos se deja oir el suave tintineo de las campanillas de las ovejas que ya con las primeras luces, pastan por el encinar. El graznido de la Garza Real, va ganando en intensidad hasta que por fin aparece por encima de la presa, hecha de tierra, de la charca abrevadero. Se posa tranquílamente en la orilla y se despereza. Limpia meticulosamente cada una de sus plumas para dejarlas en perfecto estado de revista. Con paciencia, con tranquilidad, una por una, hasta que su bello traje emplumado queda totalmente inmaculado.
La esquiva gallineta que también se deja oir desde la vegetación que circunda la pequeña charca, de cuando en cuando se deja ver entre los juncos. Anda a la búsqueda de pequeños animalillos que le servirán de almuerzo.
Estamos a primeros de junio y los pastos ya se han secado, y estos con su reflejo, dan a la hermosa charca un tinte dorado. El agua se viste de ocres, se viste de rojizos, se viste con los sutiles tonos del cuero viejo, es todo un espectáculo.
Los zampullines no dejan de sumergirse bajo las hermosas aguas a la búsqueda de alimento, salen y se meten una y otra vez para tratar de encontrar algo que llevarse al pico. Ahora tienen más tarea ya que un hermoso polluelo les espera para ser alimentado.
Cerca de la orilla en un promontorio hecho de vegetación, la negra focha se levanta para estirar un poco las patas y desperezarse. Debajo de ella un hermoso tesoro. Cinco moteados huevos a los cuales cuida y mima con recelo, sabedora de que de ellos saldrán sus futuros hijos, sabia nueva que siempre es bien acogida. El dever sagrado, hay que perpetuarse, hay que dejar los genes y si se puede, unos buenos genes para que sigan adelante orgullosos, representando a su especie en la retirada charca perdida en el encinar.
Todo es calma en la charca, o casi todo..... acaba de llegar un alma inquieta, la alegría de la fiesta, el Andarríos Chico. Que manera de moverse, que manera de recorrer una y otra vez las orillas del estanque, nervioso, con un movimiento oscilante de su cuerpo, en un ir y venir casi frenético a la búsqueda de alimento. Hay que moverse, hay que reponer las calorías perdidas durante la fresca noche aún, de últimos de mayo y primeros de junio.
No para quieto un segundo, en su deambular se cruza con las vocingleras cigüeñuelas que asustadas a su paso alertan a toda la charca con sus estridentes y muchas veces cansinos griteríos. Hasta la majestuosa Garza real para un momento su oficio pescador para ver que es lo que sucede. El Martín Pescador cambia de percha. Se cierne un momento sobre las aguas y se zambulle, intento fallido, desde lo alto de la ramita se sacude el plumaje y se queda quieto, como preguntándose que habrá hecho mal, ¿por que no me habrá ido bien el lance?. Nada en la naturaleza es fácil, queridos amigos, hay que trabajar duro para ganarse el pan de cada día, aquí nadie regala nada.
El día va transcurriendo apaciblemente y ahí sigue nuestro alma inquieta, nuestro manojo de nervios que es el Andarríos a la busqueda de los pequeños moluscos, de los pequeños crustáceos que le servirán hoy de sustento. Él no para un segundo, de un lado a otro, llega al final de la orilla y vuelve sobre sus pasos hasta la orilla opuesta de la presa. Una y otra vez, sin descanso, solo pausado un par de veces para darse el típico y necesario baño diario, estirar un poco las alas y a seguir, hasta que las últimas luces bañan su cuerpo y de nuevo envuelven a la charca en un halo mágico.
Sin duda el alma inquieta que un día más ha venido a poner el adecuado contrapunto a la vida apacible y tranquila que se lleva a cabo, jornada tras jornada, en una de nuestras hermosas, benefactoras y necesarias charcas escondida en lo más profundo de la dehesa.
A mi amigo Miguel, por permitirme el enorme placer de disfrutar de una de esas charcas. De su charca, de la que cuida con tanto esmero, para el disfrute de la fauna que en ella vive y por supuesto para el disfrute de quien les habla.
Gracias por todo Miguel.
Qué fondos tan bonitos para realzar la belleza del Andarríos.. Están preciosas. Felicidades..
ResponderEliminarGracias Ana. La verdad es que ese lugar es mágico.
Eliminarun beso maja.
Jero,he decidido irme a vivir a tu maravilloso pueblo,quiero hacer esas fotos contigo jajaja
ResponderEliminarya enserio,son unas fotos espectaculares,la luz,el punto de vista y ese maravilloso fondo.Fabulosas!!!!
un abrazo crack
Pd:soy Diego,pero con la cuenta de mi madre ;)
Gracias Diego, por aquí siempre serás bien recibido.
EliminarUn saludo
El punto de vista tan bajo les da un plus.
ResponderEliminarMuy buenas.
Saludos.
Gracias Vicent. Un placer verte por aquí
EliminarSaludos
Me encanta ese agua tan bien iluminada del fondo, la tercera foto para mi la mejor de la serie Jero.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Iñigo. Un saludo
EliminarGracias Iñigo. a mi también me gusta esa sobre las demas. Un saludo
EliminarJero puro lujo una gozada para la vista, un buenisimo trabajo, un saludo desde Zumaia.
ResponderEliminargracias jose maría tu que las ves con buenos ojos. Un abrazo
EliminarJero como le pones tu sello a las fotos con esos colores, me encantan.
ResponderEliminarNo se, más de uno me lo dice, igual es así, aunque no lo se. gracias por pasarte amigo.
EliminarSi que le pones un sello como dice Javier. Lo mejor está viniendo cada dia. Saludos
ResponderEliminarGracias amigo pablo. Tu siempre tienes buenas palabras para mi, aunque creo que no las merezco. Un abrazo
EliminarBonitas capturas.Un abrazo
ResponderEliminarGracias isidro.
Eliminarsaludos
preciosas fotos,que luz mas magica tienen,un abrazo
ResponderEliminarGracias ferreiro. no es mérito mio. allí las luces son impresionantes
EliminarPreciosas tomas y muy buen punto de vista, aunque algo incomodo ¿no? jejejejeje, pero lo merece. Saludos.
ResponderEliminarLo es Juan Manuel, pero quien quiera peces.....jajajajj
Eliminarun saludo
Muy bueno ese tumbing para dejarte un punto de vista perfecto. Y esa luz de fondo es espectacular.
ResponderEliminarEnhorabuena!!
Gracias Victor.
Eliminarsaludos
Hola Jero,bellas imagenes con una luz de lujo,de este inquieto y nervioso limicola,el a miyanbien me ha dado muchas mañanas entretenidas en la charca que conozco,bueno son varias pero una en general siempre se ven numerosos ejemplares revueltos con los Chorlitejos.Un fuerte abrazo compañero.
ResponderEliminarEs un bichin muy curioso si. gracias por pasarte y un fuerte abrazo.
EliminarFuerza
Preciosa serie, Jerónimo
ResponderEliminarUna entrada fantástica.
Un abrazo desde Doña Mencía
Gracias José Manuel.
Eliminarun abrazo
Hola Jero,
ResponderEliminarunas fotos preciosas las de este pequeñín desde este punto de vista, el acercamiento y los fondos son únicos. A aprovechar esa charca que tan buenos resultados da. Enhorabuena!!!
Abrazos!!!
Lo intento Isra, lo intento. Un abrazo querido amigo
EliminarUnas bellezas de fotos, como siempre. Besitos.
ResponderEliminarGracias teresa.
EliminarBesitos
Una serie de fotos estupenda!
ResponderEliminarLos fondos están de maravilla y el ave ha quedado hermisísima.
Enhorabuena.
JR
gracias Jr. allí los fondos son mágicos.
EliminarSaludos
Joer, qué detalle de plumaje se le llega a ver. La verdad es que sí alegran los cauces, es gracioso siempre por su forma de volar y reclamar.
ResponderEliminar¡Un abrazo de linse!
Gracias por pasarte linse. Siempre son la alegría del lugar, no paran quietos ni un solo segundo. abrasos de felino
EliminarUnas fotos de lujo, gran desenfoque y detalle.
ResponderEliminarEsos angulos solo se consiguen con curro.
Saludos camperos!
Hola Jero,
ResponderEliminarMe ha gustado este texto en particular muy descriptivo, cuidado y entretenido. Las fotos tremendas, con una luz de fondo preciosa. El invento está en proceso, a ver si este verano hacemos la botadura en esa charca.
Un fuerte abrazo y un beso para tu madre que esperó se recupere pronto.
Hola Jero,
ResponderEliminarHace tiempo que no paseaba por tu pagina, incluso hace tiempo que no paseo por la mía, y ha sido todo un placer leer la estupenda descripción de la charca que junto con las fotografías de ese pequeño solo me falta olerla para estar allí. Un saludo desde Ecija.