Hola a tod@s.
Por fin regreso tras el descanso navideño, ya iba siendo hora. Espero tener más tiempo durante este 2015 para poder publicar más amenudo que tengo un pelín abandonado el blog y eso no me hace ni pizca de gracia.
En esta ocasión quería estrenar el año con un post que estuviese a la altura, y aunque se que la calidad de las imágenes deja mucho que desear, el encuentro con este ser tenía que contároslo como fuese.
Se suele decir que todo ser humano al menos tiene cinco o seis experiencias imborrables a lo largo de toda su vida, y entre las mías ya esta sin duda la que tuve la suerte de vivir con la reina de las aves.
Hace ya un tiempo que empecé en esto de la fotografía de naturaleza, disciplina esta muy compleja y en la que no deja uno de aprender cada día. Cuando empezamos en esto sin duda, todos tenemos nuestros propios sueños, viajes a ciertos lugares que deseamos, especies de fauna concretas, etc. y seguro que entre estas últimas más de una vez hemos soñado con las rapaces.
Quien no anhela fotografiar una rapaz, quien no anhela fotografiar a esos seres genuinos que representan el poder , la fuerza, la gallardía, y que son la máxima representación de la naturaleza en todo su esplendor. Quien no ha soñado cruzar su mirada con la de una perdicera, con la del azor, con la de una calzada, y por supuesto quien no ha pensado en más de una ocasión que se sentiría al cruzar tu mirada con la de la reina de las aves; con la majestuosa Águila real.
Pues yo al menos si, querid@s amig@s. Desde que la vi por primera vez cuando era un niño, en aquellos maravillosos documentales del hombre y la tierra, en aquel increíble capítulo que el doctor Felíx Rodriguez de la Fuente dedicó a esta increíble criatura. Quien no recuerda aquellas asombrosas imágenes del águila llevándose por los aires el recental de cabra montes, imágenes que han permanecido en nuestra retina a lo largo de toda nuestra vida.
Yo soñaba con un momento así, aunque también he de decir que con el paso del tiempo lo veía cada vez mucho más complicado. Sin embargo a finales del pasado verano tuve la suerte inmensa de conseguirlo, gracias a la generosidad de Javier Valladares, al cual dedico este humilde post, y al cual estaré eternamente agradecido por haberme brindado semejante oportunidad, gracias a él, pude hacer realidad uno de los sueños que tenía desde que era un crio.
Nos invitó a mi , a mi hijo, y a mi buen amigo Manuel Mata a pasar un par de jornadas en su hide de la Real. Aun recuerdo los nervios de la noche anterior." ¿Entrará papá?" ,me preguntaba mi hijo una y otra vez. Yo asentía con la cabeza y le decía : "Ya veremos hijo, ya veremos". No quería ilusionarlo demasiado por si la reina de las aves decidía no acudir a la cita, pero voy a ahorraros toda una noche de nervios y de no pegar un ojo, y toda una mañana de espera. El Águila Real acudió.
Yo fui el primero en verla, entró por mi izquierda, como un rayo, como una exalación, a tal velocidad que ni tan siquiera pude meterla en el visor de mi cámara, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Volvió a tomar un poco de altura y rápidamente bajo de nuevo y se poso. La pierna me temblaba, las manos me sudaban. Allí estaba, la tenía delante, el sueño que tenía desde que era pequeño era ya una realidad, se palpaba, mi corazón se aceleraba hasta que entonces ocurrió. Se paró el tiempo, sus ojos dorados como la luz del sol se clavaron en los mios, me quede petrificado, multitud de imágenes pasaron por mi mente y multitud de sensaciones recorrieron cada rincón de mi cuerpo. Una mirada que no podré olvidar jamás. Una experiencia que ya está entre las cinco o seis que viviré a lo largo de mi vida. Una huella imborrable que ha tenido a bien dejar en mi la naturaleza. Su visita duró muy poco, apenas unos minutos, se marchó montaña arriba sin volver a mirar atras. Yo miraba a mi hijo, estaba muy emocionado, yo diría que casi tanto como yo, por que superar mi emoción en aquellos instantes era francamente difícil. No solo tuve la suerte de verme cara a cara con la reina de los cielos, si no que pude hacerlo al lado de mi hijo y de uno de mis grandes amigos. Que más podía pedir.....
Han pasado ya algunos meses desde aquel maravilloso encuentro y aún sigo pensando en ella cada día. Pienso en lo afortunado que fui de poder cruzar mi mirada con la suya y pienso que... ¿por que no?, quizas algun día nuestras miradas vuelvan a cruzarse, y es que como bien dice mi amigo Javi; hay miradas que no se olvidan nunca.
Sin más os dejo con algunas fotos de aquel encuentro. Como digo la calidad de las imágenes no hace justicia a las sensaciones que coseché aquella inolvidable mañana.
Saludos a tod@s.
Jero eres un abusan, esto no se hace y ahora que hacemos los simples mortales, joder menudas fotografías quien pudiera pillar algo así, eres un fiera. Un saludo desde Zumaia.
ResponderEliminarTu que las ves con buenos ojos amigo. Un fuerte abrazo y gracias por pasarte.
EliminarExcelentes imágenes Jero.. La has inmortalizado con ese arte que tu tienes.. Enhorabuena. .:-)))
ResponderEliminarGracias amiga mía. Un besazo.
EliminarEspectaculares fotografías!!!! Es una maravilla cómo describes ese primer encuentro...Sigue publicando, a los que estamos a este lado, nos gusta encontrarnos con historias como esta. Gracias
ResponderEliminarGracias Rocío, me alegra que te haya gustado. Intentare publicar mas amenudo
EliminarSin palabras, una maravilla de ave inmortalizado de una manera excelente. Saludos desde Fauna Compacta.
ResponderEliminarGracias Germán. Un fuerte abrazo, luego me pasare por tu blog
EliminarHola Jero,
ResponderEliminaruna entrada muy especial por lo que está al otro lado del objetivo y dónde y con quién se hizo.
El maestro Félix ya acercó en su tiempo a la real a la gente, pero vivirlo en primera persona tiene que ser memorable. Sin duda que estar a escasos metros de un águila real salvaje es uno de los momentos más ansiados por cualquier fotógrafo de naturaleza y naturalista, la poderosa reina de las aves. Lástima que no aguantase un poco más para poder haber hecho un buen álbum, pero la experiencia ahí está.
Un fuerte abrazo, maestro.
Pues si Isra como bien dices algo imborrable. Algún día espero que tu también tengas esa suerte. Un abrazo querido amigo
Eliminarpues si que ha tenido que ser una experiencia inolvidable y encima la has fotografiado de lujo,un abrazo
ResponderEliminarLo ha sido amigo Ferreiro, lo ha sido. Un fuerte abrazo y gracias por pasarte
EliminarYo de momento me tengo que conformar viéndola desde lejos, cada vez que la veo se me acelera el corazón, fíjate que gozada tenerla tan cerca. MADRE MIAAAAAAAA. Estupendas fotos como siempre Jero, un saludo desde Palencia.
ResponderEliminarAlgun día caerá toño estoy seguro. Un fuerte abrazo amigo
EliminarEspectacular serie, toda una belleza a la vista nuestra. Felicidades.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias por tus palabras J.Daniel y gracias por pasarte. Saludos
EliminarHola amigo Jeró,en primer lugar saludarte por estar de nuevo por aqui y segundo felicitarte por estas impresionantes imagenes de la Real,yo tambien tuve esas sensaciones la primera vez que la tuve delante,apenas 5 metros.son sesanciones que nunca se olvidan desoues de esa he tenido muchas mas y senti lo mismo que la primera vez querido amigo.Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola, hola querido amigo. Es una maravilla tenerla hay delante, sin duda. Como digo y tu bien sabes ya, una experiencia imborravle. Un fuerte abrazo y fuerza amigo mío.
EliminarFantastic series
ResponderEliminarBellissima !
Gracias Stefano. Un abrazo
EliminarPara mí son maravillosas, las águilas y las fotos. Besitos.
ResponderEliminarGracias Teresa. Me alegra verte por aquí. besos
EliminarEres un fenómeno,muy grande amigo!!
ResponderEliminardebió ser una sensación maravillosa
un abrazote
Lo fue amigo mío. Lo fue. Un abrazo muy grande
EliminarPues a mí me gustan mucho, se ve perfectamente esa expresión feroz tan característica, y es que ver de cerca a las grandes águilas es una de esas cosas que jamás se olvidan.
ResponderEliminarEnhorabuena por el momentazo vivido, ¡un abrazo de linse!
Tu ya estas acostumbrado linse, ves águilas todos los días. Un abraso felino
ResponderEliminarMadre mía, qué fotones. Esas experiencias no se olvidan.
ResponderEliminarEnhorabuena maestro!.
Gracias figura. Desde luego es algo imborrable. Un abrazo chulo
EliminarUna de las aves que más admiro, y que por fortuna también tengo cerca de casa. Aunque las e visto alguna vez cerca, jamás e podido sentir esa mirada fría, distante, salvaje y soberbia. ¡¡Enhorabuena Jero !!
ResponderEliminarGracias Manolo. Ojalá puedas sentirlo algún día. Abrazos
EliminarMuy guapas.
ResponderEliminarSaludos.
Gracias vicente. Un saludo
EliminarBeautiful photos. :)
ResponderEliminarGracias linda
EliminarBonita experiencia , fotos , compañía y lugar .
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Ángel. Un abrazo
EliminarDesde luego te tomastes vacaciones como yo... Hejeje... Pedazo de imágenes... Un abrazo desde Murcia....
ResponderEliminarUn abrazo alp y gracias por pasarte
EliminarBlogging is the new poetry. I find it wonderful and amazing in many ways.
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