Terruño y amigos; grata combinación.

Hola a tod@s.

El pasado puente del 1 de mayo vino a visitarme mi buen amigo y gran fotógrafo Rafa Gómez. Hacia ya varios meses que no ponía la planta en el Terruño debido a una feliz y reciente paternidad. Me llamó y quedamos y esto que paso a contaros es la crónica de cuanto nos aconteció en media jornada de pajareo que ya quedará para los anales de nuestra historia. Las fotografías que acompañan este relato han sido realizadas, unas por mi hijo Jorge de nueve años y otras por el que les habla.

El día amaneció muy despejado y que damos a eso de las ocho de la mañana. Tras tomar unos cafés nos marchamos en dirección a la iglesia por que mi buen amigo Rafa quería afotar a los Primillas.

Al llegar Rafa, mi hijo Jorge y yo nos dispusimos a sacar los bártulos del coche para empezar a apretar el disparador. La primera en recibirnos fue una de las cigüeñas que anidan en el campanario escoltada por un acrobático primilla, espectáculo éste que para Jorge no pasó desapercibido.

Cigüeña Blanca y Cernícalo Primilla.

No tardamos en empezar a ver los primeros Primillas que volaban sobre la iglesia. Rafa los fotografiaba sin dejar de repetir que aquello era todo un espectáculo. Un macho se posó varias veces cerca de donde nos encontrábamos concediéndonos la oportunidad de fotografiarlo. También Jorge consiguió lo que a mi me parece algo increíble en un niño de nueve años, y es el haber sido capaz de congelar esta bandada de vencejos con lo rápidos que son y haberlos sacado totalmente a foco. Impresionante.

Macho de Cernícalo Primilla.

Bandada de Vencejos.

Tras una sesión disfrutando de lo lindo con las idas y venidas de los Primillas, decidimos meternos de lleno en faena y dirigirnos al corazón del Terruño para ver con que maravillas nos obsequiaba esta vez.

Nos dirigimos al encuentro de los bonitos abejarucos, aves estas a las que mi amigo Rafa les tenia ciertas ganas. Al meternos de lleno en el campo enseguida descubrimos que el Terruño se había vestido con sus mejores galas, gracias en buena parte a las lluvias caídas en estos días,tendiéndonos una alfombra de lirios morados para recibirnos.

El Terruño en todo su esplendor.

Traginando por uno de sus caminos descubrimos a un pequeño, pero hermoso personaje; el Alcaudón Común. Este se encontraba sobre una alambrada donde pudimos observarlo y fotografiarlo durante unos minutos, mientras él que parecía ajeno a nuestra presencia se entregaba a sus correrías en busca de insectos que llevarse al pico.

Alcaudón Común.

Continuamos ruta y más adelante pasamos por una zona de la rivera muy rica en conejos, al llegar la escena era increíble, cientos de ellos correteaban por doquier indicándonos una vez más el buen estado de salud del Terruño en el que todavía sigue existiendo cierto equilibrio ecológico con buenas poblaciones de presas y sus respectivos predadores.

Conejo común.

Siguiendo con nuestra jornada por fin llegamos a la colonia de los abejarucos. Ésta se encuentra en pleno apogeo y decenas de parejas de estas hermosísimas aves multicolor hicieron nuestras delicias y sobre todo las de mi buen amigo Rafa que no daba crédito a lo que estaba viendo y que jamás imaginó que llegaría a fotografiarlos y tenerlos tan cerca. Los abejarucos nos dieron todo un recital de vuelos y de poses que tardaremos mucho tiempo en olvidar.

Abejaruco Europeo.

Con el buen sabor de boca que nos dejaron estas maravillas aladas decidimos seguir adentrándonos de lleno en el Terruño. Mi amigo Rafa disfrutaba como un loco. Aquí lo tenéis dando rienda suelta a otra de sus pasiones; la fotografía de paisajes y ante esta visión de la dehesa extremeña en el Terruño , no pudo resistirse.

Rafa Gómez afotando paisajes.

Durante este trayecto observamos numerosas aves como Alcaudones reales y Avutardas pero hicimos una parada para afotar a una nerviosa Cogujada Montesina antes de que saliera disparada posiblemente asustada por las intensas ráfagas a que estaba siendo sometida.

Cogujada Montesina.

Más adelante también nos encontramos con esta abubilla que aunque la teníamos al contraluz pensamos en inmortalizarla para dejar constancia de su observación. Durante unos minutos disfrutamos de ella mientras correteaba por el suelo florecido de la dehesa en pos de pequeños insectos con los que mitigar su apetito.

Abubilla.

Durante el recorrido tuvimos la ocasión de poder afotar este Zarcero común que se movía con nerviosismo entre los zarzales. Nos costo poder afotarlo decentemente entre tanta maraña de vegetación y espinas pero al final conseguimos verle el rostro. Hermoso rostro , por cierto.

Zarcero común.

Ya pensando en marcharnos, continuamos de nuevo viaje y optamos por volver sobre nuestros pasos y despedir la jornada matinal de nuevo entre abejarucos. Rafa me comento que había quedado con unos amigos para comer y que tenía que marcharse, no antes sin hacer, como digo, una nueva parada en la colonia de abejarucos. Los pájaros arcoiris no nos defraudaron y volvieron a regalarnos toda una serie de situaciones que intentamos fotografiar. 

Cuando ya estábamos apunto de marcharnos y tras dejar a los abejarucos, el terruño decidió premiarnos con otra de sus perlas. Gracias a Jorge cuya pasión por este mundo, a pesar de su tierna edad, es impresionante, pudimos disfrutar del momento mágico del día. "Mirad papá tenemos a la Culebrera sobre nuestras cabezas" gritó. Y allí estaba, preciosa, inmaculada, imponente, nos sobrevoló durante unos segundos permitiéndonos realizarle una serie de fotografías que no tienen desperdicio. Pero para verlas tendréis que permanecer atentos a la siguiente entrada por que se merecen por si solas su propio post. Desde aquí mi agradecimiento a mi gran amigo Rafa Gómez por visitarnos y acompañarnos durante una jornada tan bella y como no mi más sincero agradecimiento y mi más profundo respeto a ese Terruño mio que no deja de premiarme en cada salida al campo, que no deja de premiarme cada vez que me pierdo por sus hermosos campos para disfrutar de sus criaturas y de situaciones que me ponen la piel de gallina y que tengo la inmensa fortuna de poder vivir al ladito mismo de mi casa.