Hola a tod@s.
Permitidme que os relate uno de los sucesos más curiosos de cuantos me han acontecido por los campos de mi terruño.
Sonó el despertador; las 6:30 horas de la mañana de un domingo cualquiera. Me levanté pronto con la intención de montar el hide cerca de un posadero habitual de Buitrón, que estaba controlando desde hacía varios días.
Tomé el café calentito y cargué los muchos cachivaches que suelo llevar, en el coche.En poco más de una hora me encontraba en el chajurdo, esperando a mi amigo. Me ahorraré de contaros todos los detalles de la espera, el Buitrón no vino.
Un poco decepcionado, recogí todos los cacharros y me dirigí a casa. Cuando circulaba por una pista, me percaté de la presencia de una pequeña avecilla que se introdujo rauda en la vegetación de la cuneta. Monté la red de camuflaje en la ventanilla del coche y me acerqué poco a poco. Cual fue mi sorpresa cuando entre la vegetación apareció y se puso a escasos metros de mi vehículo; el Buitrón. Tiene gracia, pensé yo, toda la mañana y parte de la tarde esperando y nada y ahora cuando menos lo esperaba lo tenía hay, al alcance de mi objetivo. Me regaló varias poses en distintos posaderos y después de muchas fotografías se marchó, haciendo una última parada en una alambrada cercana. Entonces ocurrió.... me miró de una manera increíble, la luz de la tarde iluminaba su delicado plumaje, tomando este los reflejos dorados del sol. Yo sentí algo especial, no se bien como describirlo, como si me hubiera dicho con su mirada, una mirada altiva y orgullosa, que nunca hay que darlo todo por perdido, que tras una mañana desesperante sin nada que llevarme a la tarjeta de memoria, había sido él y solo él, quien había elegido el momento y el lugar preciso para concederme esas fotos que tanto deseaba. Se que parezco un poco loco pero eso es lo que sentí en ese momento. Personalmente creo, que estas situaciones inesperadas son las que me enganchan aun más, si cabe, a este mundillo. Y de igual manera creo que son estas situaciones las que me demuestran que es la naturaleza quien dicta las reglas, que no todo sale como uno espera, pero que como suelo decirle a un gran amigo mio, lo mejor está por llegar y que cuando ella lo deseé nos sorprende con las imágenes más increíbles y que ya habíamos dado por perdidas.
Para terminar me gustaría dirigir vuestra atención a la última fotografía, sobre todo pediros que os fijéis en esa mirada, por que para mi es una de las fotografías más hermosas, por su significado, de cuantas haré jamás.