Hola a tod@s.
Como lo prometido es deuda, aquí os traigo la tercera entrada dedicada a las aves arcoiris. Ya han dado comienzo las cebas. Durante un tiempo he permanecido apartado de la colonia para no molestar durante el periodo de incubación. La otra tarde decidí darme una vuelta por la zona y comprobé con los prismáticos que la pareja que vengo siguiendo ya ha debido de tener retoños. Estuve observándola detenidamente y pude comprobar que las cebas eran constantes.
Así que manos a la obra, decidí probar suerte. Instalé el hide y les hice una sesión. No dejaban de acudir con insectos para alimentar a ese tesoro emplumado que permanece a la espera en el interior del túnel cabado en el suelo. Aunque no tuve mucha suerte, ya que la mayoría de las veces entraban diréctamente al nido sin utilizar el posadero que les había colocado. Pero en alguna que otra ocasión si que se posaban con la reciente captura.
En su mayoría puede comprobar que hera siempre la misma especie de mariposa, que no se cual es, la verdad, pero si me di cuenta que abundaba por la zona.
Creo que esta será una de las últimas sesiones que les haga este año, ya que no quiero molestarlos más y menos ahora que están en plena crianza. Tengo en mente otros proyectos y empieza la temporada de hidro, algo que me fascina, así que ahora pasaré más horas a remojo. También ando liado con las rapaces pero eso ya es otra historia......
Agradecer a la madre naturaleza el privilegio que me otorga cada año, concediéndome la suerte de tener una de estas colonias de abejarucos tan cerca de mi casa. Poder disfrutar de estas hermosísimas criaturas es algo que no tiene precio.
Quisiera dedicar esta entrada a mi madre que estos días ha pasado unos momentos delicadillos pero que ya se encuentra bien. También a mi prima Maripili que maravillósamente se portó con ella, sirviéndole de gran apoyo durante su estancia en el hospital. Muchas gracias prima. Para vosotras va esta serie.
Para terminar os muestro unas fotos del lugar hermosísimo en que se encuentra situada la colonia de abejarucos. A la vera de un arroyuelo cristalino y cantarín, flanqueado por una exuberante vegetación de rivera.
Y aquí un par de fotillos de como fotografíé a esta pareja de abejarucos. El nido, donde coloqué, justo al lado un posadero, que suelo cambiar cada cierto tiempo para no repetir mucho. Y el hide que camuflé entre la vegetación de la orilla de la rivera desde donde tome las fotos que os he mostrado en estas tres entregas sobre los abejarucos. Como siempre digo, máximo respeto hacia ellos y esperemos que la próxima temporada tengamos la suerte de verlos y disfrutarlos, y si se puede de volver a fotografiarlos.