Buena gente

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El extraño caso de la garcilla carroñera



Hola a tod@s.

Muchas son sin duda, las horas que suelo pasar pateando el campo con los prismáticos al cuello y ojo avizor, a la espera de localizar nuevos posaderos, o sitios querenciosos para las aves lo que se ha dado en llamar ; hacer el trabajo de campo.

Aquí no suelo dejar nada al azar, preparo el sitio, coloco los atrezos, posaderos y demás, elijo cuidadosamente los fondos, en fin intento tenerlo todo bajo control. Sin embargo la naturaleza no deja de sorprenderme cada día. 

Hoy voy a contaros uno de los casos más asombrosos de cuantos me han sucedido a lo largo de los años que llevo en este mundillo de la fotografía de naturaleza; el caso de la garcilla carroñera.

De todos es sabido que aparte de los animales necrófagos que en su mayoría son nuestros buitres, también existen animales que sobretodo en períodos de escasez, se tornan de costumbres carroñeras. Gran numero de nuestras rapaces ibéricas también se alimentan de carroña si seda esa situación y máxime en inviernos duros donde las presas suelen ser mucho más escasas. 

Nadie se extraña de ver fotografías de águilas de gran porte alimentándose de animales muertos, de hecho muchos utilizamos estos cebos para atraerlas hasta el punto escogido donde queremos fotografiarlas. Realizando uno de estos trabajos para cebar mi comedero de rapaces, me di cuenta que la carne desaparecía con demasiada rapidez. Decidí meterme en el hide y ver que es lo que estaba ocurriendo.

Fue una mañana nublada, con poca luz, acababa de salir el sol pero permanecía oculto tras un manto de nubes grises. De repente escuche un sonido y la vi llegar, se trataba de una Garcilla Bueyera. Todos sabemos lo ubicuas que son estas garcillas que siempre están merodeando por la campiña, aprovechándose de su oportunismo para pillar cualquier animalillo que le sirva de sustento. 

Se posó cerca del cebo, más de 20 kilos de suculenta carne que había depositado con la esperanza de que bajase el Milano negro o tal vez el señor Ratonero. Al principio se dedicó a usmear entre la hierba y consiguió pillar algún insecto. Tras permanecer unos minutos acicalándose y con toda la tranquilidad del mundo, se dirigió hacia la carnaza y empezó a engullirla como si le fuese la vida en ello, yo no daba crédito a lo que estaba viendo, a pocos metros de mi, una Garcilla Bueyera devoraba carne como si del mismísimo buitre leonado se tratase. Eran tan grandes los pedazos que intentaba meterse que en alguna ocasión se le atravesaron en el gaznate y estuvo apunto de asfixiarse.

Jamás vi nada igual, desconocía primero, que estas aves tuviesen hábitos carroñeros y segundo su tremenda capacidad para engullir tan enormes pedazos de carne. Aún sigo preguntándome como lo hacía. Durante los días siguientes no faltaba a su cita con tan suculento manjar, comía cuanto podía y se marchaba por donde había venido, así estuvo al menos una semana hasta que de un día para otro dejo de venir y hasta la fecha. 

No se que le ocurriría si moriría o que simplemente decidió no ir más por allí pero desde luego yo aun estoy perplejo por cuanto pude observar oculto en mi hide a la espera de aves de más alcurnia.
Pude hacerle muchas fotos de las cuales he escogido estas del primer día que aunque tienen peor luz reflejan mejor lo que viví en ese momento.

Por muchas horas de campo que uno tenga, por muchas situaciones que uno haya vivido y por mucha experiencia que uno posea, lo que está claro es que la naturaleza posee una capacidad tan impresionante para sorprendernos que quizás sea lo que le de ese toque tan mágico y lo que la haga tan hermosa y tan sobrecogedora.

Me gustaría dedicar esta entrada a mi buen amigo Rafa Gómez que ayer cumplió años. Felicidades niño y recuperate cuanto antes. Un abrazo figura. 


































martes, 17 de septiembre de 2013

Aires bautos por el Terruño



Hola a tod@s.

Bueno, pues ya estoy de vuelta de mi pequeño letargo estival tras poco más de un mes, muy intenso en lo que a fotografía de naturaleza se refiere. Unos días en los que sin duda, he alcanzado nuevas metas y he desarrollado algunos de los proyectos que tenía en mente. Aunque de todo esto os hablaré en futuras entradas.

Hoy en mi "resurrección" virtual, quisiera hablaros de la visita de un gran amigo, Manuel Mata. Un burgalés de orígenes asturianos, que decidió venir a pasar unos días con su familia a mi querida Extremadura. Un gran fotógrafo pero mucho mejor persona, que vino a traer aires nuevos, aires bautos a mi amado Terruño.

Hace unos días se cumplía justo un año de mi visita a Quintanilla del Agua (Burgos), unas jornadas que recordaré por siempre, en las que fui inmensamente feliz acompañado de grandes amigos que hicieron gala de una hospitalidad sin parangón, haciendo de mis vacaciones por tierras de castilla, una de las mejores de cuantas he vivido hasta el día de hoy.

Ahora se volvían las tornas y aunque yo me he quedado a años luz de la hospitalidad que ellos me brindaron, tenerlo estos días en mi tierra, en mi casa, ha sido para mi algo mágico. Sin duda al igual que me ocurriera por aquellas fechas en sus dominios, estos días han vuelto a estar repletos de sensaciones y sobre todo de emociones que difícilmente podrán ser olvidadas.

Emociones como su primera visita al terruño, en que pudimos sorprender al rey, al príncipe de las tinieblas, al gran Búho Real. Emociones como el encuentro con el personaje de los ojos color limón, la maravillosa Águila Culebrera, que nos observó heráldica desde lo alto del poste y que después de regalarnos unas fotos nos obsequió con uno de los más hermosos vuelos que yo haya visto jamas. Emociones como el tener las primeras experiencias con el hidrohide por tierras emeritenses y en compañía de otros dos grandes fotógrafos y mejores personas como Javier Conejero o Jorge Barrena. Emociones vividas a ras de suelo la mañana de tumbing en la laguna, mientras chorlitejos, abubillas, combatientes o cigüeñuelas pululaban por doquier haciendo las delicias de aquellos buenos amigos. Emociones como las infructuosas esperas al Martín Pescador y al Ratonero, en las que compartimos tan buenos momentos de charlas y de risas. Grandes emociones, como el momentazo vivido con la hermosa cangrejera o el de aquel jovenzuelo de Martinete...... tantas y tantas emociones y sensaciones, que no han hecho más que reforzar la gran amistad que ya nos procesábamos.

Han sido sin lugar a dudas unos días mágicos en los que he vuelto a comprobar de que pasta está hecho mi gran amigo Lolo, un tipo que se muestra como es y que una vez que lo conoces no puedes dejar ya de quererlo. También agradecer a Gema,su mujer, la paciencia que ha tenido estos días con nosotros lo que demuestra lo gran persona que es, algo que por otra parte yo ya sabía. Y a su suegra Casilda, por ser tan solicita como siempre y por aguantar a estos dos tipejos que no han hecho otra cosa que ser muy pesados con ella. Y a Jesusín, el hijo de ambos, que se ha portado estos días como un auténtico campeón. Un verdadero placer haberlos tenido en mi casa, haberles presentado al resto de mi familia y haber podido compartir tantos momentos de amistad y comidas todos juntos.

Al fin y al cabo esto es lo verdaderamente mágico de la fotografía de naturaleza, al menos para mi, el haber podido conocer a gente tan entrañable y maravillosa y el poder compartir tantos momentos únicos siempre con un denominador común que no es otro que el amor que sentimos por el medio que nos sustenta.

Gracias amigo mio por cuanto tu y tu familia nos habéis dado estos días y como ya te dije y sabes, aquí tienes ya una familia que os recibirá con los brazos abiertos cada vez que decidáis traer de nuevo aires bautos a mi querido terruño. Estos días juntos quedarán por siempre ya en mi corazón y espero volver a repetirlos algún día no muy lejano, tal vez cuando el ancestral coro de las grullas haga retumbar de vida cada rincón de mi tierra, que ya es también la tuya.

Ahora te dejo con unas imágenes entrañables de lo que han sido grandes momentos a tu lado, disfrútalas querido amigo y gracias por ser como eres.






Con los hidros en Mérida (Foto de Jorge Milán)

Tras el Gran Duque (Foto de Jorge Milán)










Observando limícolas en una charca











































En mi hide para rapaces













De Tumbing en la laguna










El gran Manuel Mata (lolo)




Durante estos días tan increíbles muchas son las fotos que hemos hecho, varias tarjetas repletas de imágenes que la generosa naturaleza ha tenido a bien concedernos. Aquí os dejo algunas de ellas. Cada una encierra grandes momentos de amistad que les dan a las tomas un valor especial. Espero que os gusten.







Lavandera Boyera











Chorlitejo chico
























Joven de chorlitejo Chico con una captura
























Cigüeñuela


Flamencos




Abubilla






Garcilla Cangrejera



Cigüeñuelas


























Chorlitejo chico



















Jamás olvidaré estos días querido amigo. Esa última tarde en que una hermosa luz bañaba cada rincón de la charca y que daba calor a unos corazones que poco a poco sentian el dolor de una inminente despedida. El terruño y yo ya te echamos mucho de menos. No tardes en regresar MÁQUINA. Ha sido un verdadero honor disfrutar estos días de tu presencia.





Grandes amigos






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