Buena gente

lunes, 27 de enero de 2014

La mensajera del invierno



Hola a tod@s.

Sin duda muchos son los síntomas que nos avisan de la llegada del invierno. Los animales de  Sangre fría, como los reptiles o los insectos se aletargan, los días comienzan a hacerse cada vez más cortos, y naturalmente las temperaturas caen en picado.

La naturaleza utiliza estos y otros indicadores naturales para alertarnos del cambio de estación, o al menos lo hacía, antes de que el cambio climático este acabando con el ancestral orden establecido.

Entre todos ellos, también algunas aves podríamos decir que cumplen, o como digo al menos lo hacían, con el papel de ser ellos a su vez, mensajeros del invierno.

Las grullas llegan del norte de Europa para pasar entre nosotros la estación fría. Los limícolas también utilizan nuestras masas de agua dulce para recalar en ellas bien para pasar el invierno o bien de paso en sus migraciones más al sur. Aves costeras como las gaviotas o los cormoranes empiezan a frecuentar las charcas y pantanos del interior.

Pero si tuviese que destacar un ave que por nuestras latitudes se había convertido por excelencia en mensajera del invierno, vuelvo a retrotraerme a mis años infantiles y juveniles. Me encantaba ver las primeras bandadas de esta ave llegando a nuestros barbechos y labrantíos. Los bandos enormes de avefrías, llamadas aguanieves por estas tierras, eran la señal inequívoca de que el invierno con sus ventarrones, sus heladas y sus gélidas temperaturas estaba llamando ya a nuestra puerta.

Disfrutaba recorriendo las tierras de labor y viéndolas salir por doquier con su vuelo pausado y elegante y sus característicos reclamos. Es algo que llevo grabado dentro de mí y que permanecerá en mis recuerdos mientras viva. Las bandadas eran tan impresionantes que cuando las levantaba con mis carreras de niño inquieto, parecían nublar el cielo. Las recuerdo los días de frío en que buscaban buen acomodo entre los surcos que el arado dejaba tras aventrar la tierra, intentando guarecerse del gélido viento del norte. Una de tras de otra ,hasta donde alcanzaba la vista y surco tras surco, dando la sensación de que estaban "sembradas" en el terreno.

Por desgracia ya no hay tantas. Hoy en día en mis numerosas salidas al campo cada vez las veo menos y los bandos son muchísimo menos numerosos y están mucho más dispersos. Algunas no migran llegando incluso a criar aquí, muy cerquita de mi casa.

Las estaciones poco a poco desaparecen, el invierno ya no lo es tanto, apenas hiela y la temperatura media a subido. Las grandes inundaciones están a la orden del día y en contrapunto los períodos de sequía son cada vez más comunes y alargados en el tiempo. Ya parece que no necesitamos a esos mensajeros que antaño, temporada tras temporada, venían a recordarnos con su llegada que el duro y selector invierno estaba ya a la vuelta de la esquina. 

Yo por fortuna tuve la suerte de vivir aquellos hermosos años y con ellos me alimento. Una pena que nuestros hijos, vayan perdiendo poco a poco, esa riqueza natural que nos hemos empeñado en negarles.

Ojalá alguna vez todo vuelva a su sitio y las avefrías vuelvan a recordarnos que hay que ir sacando las bufandas y los abrigos del armario de la memoria.
































martes, 14 de enero de 2014

Un nuevo amigo para un viejo amigo



Hola a tod@s.

El comedero que tengo para rapaces, aunque últimamente me da más penas que alegrías, de vez en cuando me sorprende con la inesperada visita de algún que otro desconocido. Y digo desconocido, por que en el caso de la rapaz que nos ocupa hoy, el señor ratonero, siempre había tenido la visita de un viejo amigo mío al que todos conocéis ya y que no es otro que Busi, sin embargo hace unos días recibí una grata visita. Un nuevo ejemplar de Busardo al que nunca había visto por allí y que sin duda es tan hermoso como el propio Busi.

Es un bellísimo ejemplar de colores más claritos y cremas que los de mi viejo compañero, y como yo soy una persona a la que me gusta hacer amigos, pues ya he incluido al nuevo visitante en mi lista. Espero que vuelva a verme y al igual que con Busi se vaya fraguando una amistad que al menos sea lo más duradera posible.

Aunque el motivo de mis últimas sesiones era hacer bajar a los milanos reales, aún no lo he conseguido. Ciertamente andan por allí y me visitan en cada sesión pero se limitan a dar pasadas y hacer picados y todavía no he conseguido que bajen al suelo y por supuesto tampoco a los posaderos que les tengo colocados. En fin yo no desfallezco en mi empeño y sigo adelante con mi proyecto y con mi idea de poder ofrecéroslos algún día como hoy os ofrezco a este hermoso Ratonero que intentaré como digo que con el tiempo se convierta en un gran amigo mío.

Hablando de amigos, me gustaría dirigirme hoy a uno en especial. Omitiré voluntariamente su nombre por que creo que sabrá perfectamente que me dirijo a él. A veces la vida nos pone a prueba, mil y un obstáculos que debemos de superar casi a diario. Seguramente si ponemos en una balanza los buenos y los malos momentos que hayamos vivido, estos últimos superarán con creces a los primeros, como en la fotografía de naturaleza. En ella como tu bien sabes son mucho más numerosos los fracasos que los éxitos. Por cada buena sesión en la que regresamos a casa con las tarjetas llenas, nos venimos más amenudo sin haber apretado ni una sola vez el disparador. Pero cuando lo conseguimos, cuando tenemos delante a ese animal con el que hemos soñado, damos rienda suelta a toda nuestra pasión y no pensamos ni por un solo momento en tantas y tantas sesiones fallidas. Y la vida al igual que la fotografía de fauna, si se me permite la comparación,  se trata de eso. De intentar disfrutar los buenos momentos mientras tenemos que ir luchando contra los no tan buenos. Siempre habrá quien intente hecharnos la pata, tanto en lo que respecta a la vida como fotograficamente hablando.  Lo importante es saber que siempre habrá gente que te apoyará por el camino. Y tu y yo sabemos que de gente que te quiere andas sobrao. Hay que seguir siempre adelante, no desfallecer nunca. Ánimo amigo mío y no decaigas en tu lucha diaria. Cuando te den las nueve de la mañana en la cama y no tengas ganas ni de levantarte, piensa que al menos a unos cuantos kilómetros de allí alguien estará pensando en ti y dándote sus ánimos desde la distancia. No olvides nunca lo que yo siempre digo, LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR y el show debe continuar. Se fuerte máquina. Para ti mis imágenes de hoy, espero que las disfrutes.







































viernes, 3 de enero de 2014

De regreso al olivar



Hola a tod@s.

Con la llegada de los primeros fríos, los olivares tienen lista ya su cosecha anual de aceitunas.
Los olivareros se afanan en acarrear tan preciado producto a cooperativas y almazaras. Poco tiempo después serán molidas para extraer de ellas eso que los más prestigiosos chefs del mundo han dado en llamar "el oro líquido"; nuestro aceite de oliva virgen.

Pero no solo los hombres disfrutamos de este fruto tan nuestro, otros personajes abandonados los campos por los agricultores tras una dura jornada de trabajo, regresan al olivar para aprovechar los excedentes de la cosecha.

Entre ellos un ave que regresa a los olivares cuando la cosecha está lista. El Zorzal Común. Estos recalan en nuestros olivares cada otoño-invierno y son ávidos consumidores de las aceitunas que quedan desperdigadas por nuestros campos tras la recolección.

Pasan entre nosotros la estación invernal regresando a sus cuarteles de cría , situados más al norte, en primavera.

Esta es una época también de comederos. Los aficionados a la fotografía de naturaleza solemos tener nuestros comederos de invierno, donde un sin fin de pequeños y medianos pajarillos acuden a diario para alimentarse con la comida que nosotros colocamos con el fin de poder fotografiarlos y así hacerles más llevadera la dura estación invernal.

Yo he tenido la suerte de que este ejemplar de  Zorzal Común entrase en uno de mis comederos. Es un comedero de tercer año y ya se nota que es mucho más activo entrando un número de especies mayor y dándome alguna que otra sorpresa como la que os presento hoy. 

He de decir que yo jugaba con ventaja, ya que el comedero está situado frente a un olivar y yo había colocado varias aceitunas y un apetitoso caracolillo, justo los ingredientes que conforman el menú de estos túrdidos por estas tierras. Entró como no, a las aceitunas y tras zamparse las tres que le puse y jugar un poco con el caracol, se dirigió al pequeño bebedero que tengo al lado del comedero y se dio un buen baño. Luego salió y se puso en uno de mis posaderos a solearse y secarse un poco mientras me brindó unas estrofas de su armonioso canto. 

Más tarde un par de miradas y adiós muy buenas. Sin duda unos momentos especiales para mi, ya que uno no suele encontrarse con estas especies en mi comedero muy a menudo.

Bueno pues sin más saludos a tod@s y espero que este 2014 sea para tod@s vosotr@s un año mágico de verdad.

Por último quisiera dedicar este post a mi hijo Jorge, inseparable compañero mio de fatigas, que  mañana cumple 11 años y que también disfrutó y se lo paso en grande con este hermoso pájaro. 

Te quiero hijo.

 






















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