Buena gente

lunes, 26 de octubre de 2015

Criaturas del otoño


Hola a tod@s.

Criaturas del otoño, seres que han permanecido ahí, soterrados, esperando la llegada de esta fecunda y productiva estación. Todo un año aletargadas para con las primeras lluvias del mes de septiembre y octubre, brotar de la tierra y adueñarse del suelo del bosque. Todo un ejercito de pequeños duendes que estos días son protagonistas en cualquiera de nuestras salidas al campo.

 Las hay de mil maneras, unas comestibles, otras mortales, pero todas bellas. Todas cumpliendo su papel en la naturaleza ibérica. Unos seres que dotan al bosque de cierto halo de misterio y cierta magia. 

Yo he pretendido enseñároslas bajo mi punto de vista, jugando con los desenfoques, mostrándolas en su entorno, dando importancia a los fondos y a las perspectivas. Espero que las imágenes os resulten gratas de ver y  que os muevan a intentar salir al campo a observarlas y a disfrutarlas.

Saludos a tod@s y hasta la próxima.






































lunes, 19 de octubre de 2015

Los visitantes de mi bebedero


Hola a tod@s.

Tras un tiempo de parón en el blog, lo retomo de nuevo para hablaros de mi bebedero. Es una entrada que llevo preparando desde hace algún tiempo, pero que debido al trabajo y demás aun no había podido terminar.

Como alguno de vosotros ya sabréis, el pasado invierno monté un pequeño bebedero para aves. Situado en un lugar estratégico, el bebedero se encuentra rodeado por una hermosa fronda de matorral mediterraneo. Coscojas, lentiscos, jaguarzos, jaras, retamas, conforman la vegetación circundante. Un verdadero paraíso para todo amante de la naturaleza y sin duda un ecosistema de muy alta biodiversidad. 

Por él ha pasado ya una gran panoplia de especies de pequeñas y medianas aves. Es una gozada sentarse delante y espiar los movimientos de todos aquellos seres que tarde o temprano acaban pasando por el minúsculo estanque.

Muchas han sido las sorpresas que me he llevado tras mi cámara y muchos también los amigos que han pasado por allí. Sin duda es lo que queda de todo esto, el contacto con la naturaleza y el disfrute de la amistad.

En la entrada de hoy, que ya aviso será un poco larga, os presentaré algunas de las especies que he tenido la oportunidad de fotografiar en el bebedero. Ni son todas las que están, ni están todas las que son, pero de todas formas os podréis hacer una idea de que tipo de aves se mueven por allí. Esta vez me he centrado en los machos de las distintas especies. En otra ocasión os mostraré a sus señoras.


Saludos y hasta la próxima.






Zorzal Común



Arrendajo



Estornino Negro



Mirlo Común




Alzacola Rojizo



Jilguero



Tarabilla común



Curruca Capirotada



Acentor Común



Carbonero Común



Verdecillo



Verderón



Pardillo


Herrerillo



Mosquitero Musical




Curruca Cabecinegra



Gorrión Común



Petirrojo




Curruca Rabilarga



Escribano Soteño



Curruca Carrasqueña

Mito

miércoles, 30 de septiembre de 2015

VI Encuentro de blogueros de Extremadura



Hola a tod@s.

Un año más se va a celebrar una nueva edición del Encuentro de blogueros de Extremadura.

Tendrá lugar en la sede de la Fundación Xavier de Salas, en TRUJILLO, el próximo día 24 DE OCTUBRE de 2015.

Este año la línea argumental del Encuentro es "Rutas para descubrir Extremadura"

El VI Encuentro de blogueros cuenta con la colaboración de la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura.

La asistencia es libre y gratuita hasta completar aforo.
Para asistir no tienes más que enviar un correo con tu nombre a:


¡No te lo puedes perder!

Nos vemos en Trujillo!

Saludos.





jueves, 13 de agosto de 2015

Visitando a un viejo amigo




Hola a tod@s.

Hace mucho que no publico nada y es que el tiempo últimamente es para mi un bien muy escaso. Pero bueno, de cuando en cuando me dejo caer por aquí para iros mostrando alguna que otra cosilla. Durante todo este tiempo no he dejado de hacer fotos y la verdad es que se me va acumulando el trabajo.

En esta ocasión vengo a hablaros de un viejo amigo. Muchos ya le conocéis, se trata de Busi. La primera vez que empecé a trabajar con los ratoneros fue ya hace bastante tiempo. Elegí un lugar por donde solía ver con asiduidad a un ejemplar y una vez seleccionados los fondos y colocado el posadero comencé a cebarle. No tardo mucho en entrar, una experiencia que llevo gravada a fuego y que me acompañará ya por siempre. Era un ejemplar precioso, llegamos a intimar tanto, que con esta fea costumbre que tenemos los humanos de ponerle nombre a todo, acabé llamándolo Busi.

Busi se convirtió en uno de mis mejores amigos, prácticamente no fallaba a su cita conmigo casi nunca. Era colocarme en el hide y al rato tenerlo ya por allí merodeando. Unos vuelos de reconocimiento y al poco tiempo ya lo tenía subido al palo. Cuanto disfruté yo de aquella criatura durante aquellos hermosos e inolvidables días.

Con el tiempo empecé a dejar de ir a aquel bello rincón de mi terruño, enfrascado en otros nuevos proyectos, ya que como sabéis todos aquellos amantes de esta disciplina de la fotografía, no paramos casi nunca y siempre andamos buscando ideas nuevas y especies nuevas.  Busqué un nuevo sitio para trabajarlos y la verdad es que me fue bastante bien ya que en este nuevo lugar he llegado a tener hasta 5 ejemplares diferentes al mismo tiempo, toda una gozada. Sin embargo un día que me andaba procesando algunas fotos del disco duro vi una antigua carpeta. Una carpeta con el nombre de Busi, y al abrirla cientos de recuerdos se amontonaron en mi cabeza. Había fotografiado tantas veces ya a esta rapaz que practicamente olvidé mi primer encuentro con ella, con mi amigo Busi. Tanto me impactó la visión de aquellas viejas fotos que una idea me empezó a rondar la cabeza. ¿Seguiría mi amigo por aquel lugar?, ¿podría volver a verlo algún día?. 

No lo pensé  más, tras un par de días dándole vueltas, pillé mis viejos prismáticos y me encaminé al lugar donde tan buenos ratos había pasado junto a él. Toda la tarde escudriñando el sitio y nada, ni rastro. La desilusión fue bastante importante, pero no me desanimé. Al día siguiente estaba de nuevo en el lugar , prismáticos en mano y vigilando todo lo que se movía, hasta que entonces alzando la vista hacia uno de sus posaderos preferidos, un viejo poste de la luz cercano a una carretera , ¡¡¡BINGO!!! Allí estaba, pero sería él o sería otro ejemplar, demasiado lejos para saberlo solo con mis viejos binoculares. Pero esto me animó y a la tarde siguiente ya estaba colocándole el posadero y ofreciéndole las primeras viandas. 

La impaciencia me corroía por dentro, estaba deseando que llegará el domingo para meterme de nuevo en el hide y ver que ocurría. Y el domingo llegó, y allí estaba yo como mandan los canones, montando todo el equipo antes de la salida del sol. Dos horas de larga espera en que se me pasaron por la mente muchas, muchas cosas. Y de repente, en la atmósfera fresca y cristalina de la mañana, el eco de un grito, un grito que había oído ya muchas veces, un grito que por unos instantes me congeló la sangre. Allí estaba él, lo reconocí en cuanto lo vi, era mi amigo, aquel que tan buenas jornadas me había regalado, había conseguido sobrevivir todo aquel largo tiempo. 

Las sensaciones que sentí aquella mañana fueron indescriptibles, el aliento se me entrecortaba y el corazón parecía salirse del pecho.
Parece mentira, me decía a mi mismo, con la de veces que he fotografiado yo a los ratoneros y me sentía como si hubiese sido ésta la primera vez.

Durante todo el invierno no dejé de seguir visitando a mi viejo amigo y como no,él cumplía siempre. Al final debido al trabajo tuve que dejar de ir de nuevo. Esperemos que al invierno que venga cuando vuelva a visitarlo, por que volver voy a volver, pueda verlo de nuevo, señal de que sobrevivió una temporada más.

Jamás pensé que se podía llegar a tener un vinculo tan fuerte con una criatura salvaje, pero a mi es lo que me pasa con Busi, y es que han sido muchas, muchísimas horas juntos. 

Un fuerte abrazo a tod@s y hasta la próxima.
Saludos.

 


























lunes, 15 de junio de 2015

Las aves multicolor; Los abejarucos



Hola a tod@s.

Bien temprano, el pastor llega todos los días a la red donde tiene encerrada a sus ovejas. Como cada día viene haciendo desde que era un zagal y su abuelo y su padre le enseñaban este noble oficio, cumple siempre con la misma rutina. Tras desatar a sus inseparables perros, fieles compañeros sin los cuales no podría desarrollar este trabajo, saca a pastar a su ganado. Es un pastor de los de ahora, de campo y pienso, ya no practica aquellos legendarios viajes que realizaban sus antepasados para cruzar la península de un extremo a otro. Ya no practica la trashumancia. El dejó de ser un pastor nómada, para volverse un pastor sedentario. 

Se dirige camino abajo hacia la rivera, en cuyos lindazos comerá el rebaño la mayor parte del día.
Al llegar, la pareja de cigüeñas blancas con la algarabía de pezuñas y tintineo de  cencerros, levanta el vuelo, así como también lo hacen los ánades reales y las gallinetas que tras un corto y torpe vuelo, se refugian en la espesa cobertura vegetal de las orillas.

Según avanza la mañana, el pastor llega a una zona de la rivera donde abundan los taludes arenosos. Estos se encuentran perforados por multitud de pequeños orificios redondeados que conforman la colonia de unas aves que sobrevuelan por encima de las ovejas emitiendo sus cantos que son fácilmente reconocibles. Algunos de ellos se encuentran posados en una alambrada cercana, haciendo que nuestro pastor se detenga unos instantes a observarlos, el colorido espectacular de sus plumajes atrae mucho la atención, como si de arcoiris alados se tratase levantan el vuelo remontando para perderse en las alturas.Son los impresionantes abejarucos.

Sin duda muchos son los recuerdos que se agolpan en la mente del pastor. Recuerda cuando siendo un niño, su abuelo lo llevo por primera vez al rio para que los viese. Se escondían tras la vieja retama y observaban el poder de sus afilados y curvados picos mientras taladraban el talud para construir sus nidos. Su abuelo mientras tanto en voz baja le contaba como el también los veía llegar cada primavera desde que era muy pequeño. Vienen de África, le decía. 
Cuantos recuerdos en la mente de nuestro experimentado pastor que contaba ya con muchos inviernos. 

Él ya no tiene a quien contarle nada, sus hijos y sus nietos decidieron escoger otro camino. Cambiaron el garrote y la esquila, por el volante y el claxon. Cambiaron la paz y la tranquilidad, por las prisas y el estres. Cambiaron la pureza de la naturaleza, por la contaminación de la ciudad. 

El antiquísimo y noble oficio de pastor toca ya a su fin, y con él, el legado de la palabra. La palabra que pasaba de padres a hijos. El aprender de lo aprendido, el enseñar lo sabido.

Los abejarucos siguen llegando cada primavera para criar por nuestras tierras como lo vienen haciendo desde hace milenios. Pero por desgracia la mayoría de los niños de hoy ni los conocen. Ya no se esconden con su abuelo tras la vieja retama. Ahora les piden consolas y videojuegos, y ni tan siquiera se paran a escucharlos.

Espero que los que leáis este post y seáis padres, se lo mostréis a vuestros hijos y les habléis un poco de los abejarucos. El legado natural debe continuar en nuestros hijos y nadie mejor que nosotros para enseñárselo.

Un abrazo a tod@s. 
Saludos.

































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