Buena gente

jueves, 24 de abril de 2014

Iglesia De nuestra señora de la Candelaria (Torre de Miguel Sesmero): ¡¡¡¡ ZEPA URBANA YA!!!!





Hola a tod@s.

Los cielos rotos del atardecer tiñen a mi pueblo de un hermoso color rojizo. Sobre todo a ese viejo y querido edificio  que destaca por encima de todo lo demas. Fiel centinela pétreo, soporta cientos de años a sus espaldas. Muchas son las generaciones que han vivido a su sombra y dado su buen estado de salud, muchas serán sin duda, las que aun han de vivir a los pies de tan impresionante monumento. La Iglesia de nuestra señora de la Candelaria.







Como muchos de vosotros sabréis, sobre todo aquellos fieles seguidores de mis andanzas, soy un gran enamorado de mi tierra. Mi pueblo es Torre de Miguel Sesmero, una pequeña localidad situada en el suroeste extremeño, en la provincia de Badajoz, más en concreto en la comarca de los llanos de Olivenza. 

De entre los monumentos que cabría destacar de la Torre, podría mencionar el Convento de las Claras, la ermita de San Isidro, la de la langosta, y por encima de todo nuestra hermosísima y valiosísima Iglesia de la Candelaria. Y digo lo de valiosísima por que además del valor monumental e histórico que posee, también resulta de un gran valor natural y más concretamente ornítico.

Si por algo sobresale nuestra antigua iglesia es por la comunidad de aves que alberga; cigüeñas, estorninos, grajillas, vencejos, lechuzas, roqueros solitarios y sobre todo primillas. Los cernícalos primillas son sin duda los protagonistas. Cuenta con una colonia de más de 18 parejas y verlos cernirse con sus vuelos acrobáticos, sobre nuestra iglesia, es todo un espectáculo.

No se si a estas alturas habrá alguien que no sepa lo que es una ZEPA urbana. Pues bien una ZEPA urbana es una figura de protección encargada de salvaguardar todos estos valores naturales dentro del ámbito urbano. Es decir, la encargada de proteger a todo este gran número de aves que habitan en nuestros pueblos y ciudades y que merecen el mismo respeto y admiración que cualquier otra de hábitos más campestres. Cualquier núcleo urbano que tenga la suerte de albergar una ZEPA urbana es sinónimo de calidad y nos va a garantizar a todos los amantes de las aves, momentos de observación y disfrute inigualables. Darse un paseo por cualquiera de estos pueblos, disfrutando de su riqueza histórica y monumental, de su gastronomía y sobre todo de sus aves es algo que no tiene precio.

En Extremadura existen gran cantidad de ZEPAS urbanas lo que nos habla de la riqueza en aves que poseen sus pueblos y ciudades. Larga como digo es la lista, pero entre ellas me gustaría destacar la ZEPA urbana de Cáceres. En ella se celebra cada año el Festival de las aves ciudad de Cáceres, un festival que gira en torno a las aves urbanas. En él se realizan un sin fin de actividades como el maratón fotográfico en el que los amantes de las aves y de la fotografía disfrutan de ambas actividades bajo el marco incomparable de una ciudad que es Patrimonio de la Humanidad. 







Pues bien si os he hablado sobre las ZEPAS  urbanas, es por una sencilla razón y es que conociendo como conozco a mi querida iglesia, puedo afirmar que goza de todos los requisitos necesarios para que tan insigne monumento entrase a formar parte de nuestra rica lista de ZEPAS urbanas. Hermosura no le falta y como digo la riqueza ornítica que soporta no tiene nada que envidiar al resto de las demás ZEPAS urbanas de Extremadura.

Desde aquí hago un llamamiento para que La Iglesia de nuestra señora de la Candelaria de Torre de Miguel Sesmero, sea declarada ¡¡¡¡ZEPA URBANA YA !!! Por que sus vecinos lo merecen, por que Extremadura lo merece y sobretodo por que su rica comunidad de aves lo merece

Para que podamos seguir disfrutando de esas hermosas rapaces urbanas que son nuestro queridos cernícalos primilla y que sus vuelos sean por siempre, como lo ha sido la vieja la iglesia, testigos  del devenir de unas gentes amantes de lo natural y de sus raíces.














viernes, 4 de abril de 2014

La grandiosidad de lo sencillo; La toilette del Andarríos Grande



Hola a tod@s.

Maese raposo, da un último trago a orillas de la hermosa charca perdida en lo más profundo del encinar. Está apunto de retirarse a su encame diurno, toda una noche campeando por su territorio ha hecho mella en él y cansado ya de tanto ajetreo, decide marcharse del lugar. 

Poco a poco la claridad va inundando la campiña, los primeros rayos del sol, despuntan ya por el horizonte y ahora son otros los animales que entran en escena. El Andarríos Grande acaba de llegar a las orillas del estanque perdido en medio de la dehesa donde pasará la mayor parte del día deambulando por sus orillas a la búsqueda de alimento. 

Las aguas remansadas comienzan a teñirse de oro con el abrazo del astro rey y solo se ven alteradas por el leve paso del viejo macho de nutria que al igual que maese raposo a tenido a bien retirarse a sus aposentos.

La luz del amanecer lo envuelve todo a su paso, transformando aquel rincón del encinar en un sitio mágico. Los rayos del sol uno a uno van alcanzando el cuerpo de nuestro bello protagonista alado, que parece transformarse por completo. Su plumaje va tomando unas tonalidades hermosísimas. 

Poco a poco el calor va relajando al Andarríos y es entonces cuando decide hacer la toilette. Una a una va tomando sus plumas y las va limpiando meticulósamente, como consciente de que debe mantener todo su plumaje en perfecto estado de revista y es que practicamente le va la vida en ello.

A pocos metros de allí los ruidosos ánades reales ya han llegado a la charca rompiendo de golpe toda la tranquilidad que envolvía al lugar. El bonito Andarríos acaba su acicalado diario y poco a poco se va volviendo cada vez más activo. 

El sol comienza a subir por el horizonte y nuestro hermoso amigo ya está recorriendo minuciósamente las orillas en busca de cualquier despistado animalillo que encuentre a su paso y que sacie así su apetito por una jornada más.

Esto que puede parecer algo tan simple y cotidiano, es algo maravilloso si se tiene la suerte de poder contemplarlo a pocos metros. Ser testigo de excepción de como amanece a la vera de una de estas charcas, sentir la bruma y el aire fresco en la cara, percibir el olor de la hierba mojada  por el rocio de la noche y poder disfrutar, viendo como cada rayo de sol alcanza el cuerpo de ésta u cualquier otra criatura, es algo que no tiene precio y que desde aquí recomiendo a todo el mundo. 

Y es que en cosas tan aparentemente simples como esta puede encontrar uno la paz. Vivir una sensación así es algo que se te grava a fuego en el alma y que permanecerá ya contigo de por vida.

Que grande y hermosa es la naturaleza, unas veces tan complicada y otras veces tan sencilla, pero siempre tan apasionante.

Un gran saludo a tod@s.































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