Buena gente

jueves, 8 de septiembre de 2011

Venturas y desventuras de una pequeña charca.


Charca abrevadero
                         


Corre el mes de agosto. La estación del estío se encuentra en pleno apogeo, el calor sofocante aplaca los campos. Para los animales silvestres, es sin ninguna duda una dura prueba en sus vidas. La madre natura hace trabajar a la selección natural, sólo los más fuertes sobrevivirán a los rigores del verano.
El lecho de la ribera yace seco, hace días que la última gota de agua desapareció ante el azote implacable del sol. El anticiclón, instalado comodamente en la península, no deja atisbar la llegada de ninguna nube sobre la línea del horizonte.
En todos los alrededores, tan sólo una pequeña charca que es utilizada como abrevadero para el ganado, ha conseguido permanecer con agua. Este abrevadero improvisado se convierte en un verdadero imán para todos los animales de la zona, que tarde o temprano acabarán pasando por allí. 
Los ánades reales soportan el calor con resignación al lado de los cormoranes grandes, que se secan al sol tras sus zambullidas en busca de peces.



Ánade Azulón y Cormorán Grande


El andarríos grande recorre las orillas con un nerviosismo inusuál, siempre a la caza de algún animalillo que encuentre por el fango. Sus patitas frágiles lo conducen con paso firme orilla adelante sin descansar un segundo. También su primo el andarríos chico se entrega a estos menesteres.





Andarríos  Grande


Las ruidosas y vocingleras cigüeñuelas, vienen a poner un punto de color en la charca mientras badéan sin descanso las orillas en pos de su alimento. Su plumaje blanco y negro, sus patas largas y rojas así como su pico, las convierten en verdaderas miniaturas de nuestras conocidas cigüeñas blancas.


Cigüeñuela



Tras el muro artificial costruido para mantener el agua, aparece majestuosa la Garza Real. Sin prisas sobrevuela la charca buscando un lugar idoneo donde posarse. Al tomar tierra queda patente la belleza y la elegancia de una de las garzas de mayor porte de la península ibérica. Su color ceniza da un bonito matiz a las orillas de la ya concurrida charca. Todo su cuerpo está al servicio de la pesca; patas largas y fuertes para badear las aguas, cuello potente que le sirve de muelle disparador y un robusto y afilado pico que utiliza a modo de arpón para capturar a sus presas. Su desconfianza instintiva la hace estar siempre alerta, incluso de vez en cuando, mira al cielo como temerosa del ataque de alguna gran rapaz.



Garza Real


Las golondrinas dan pasada tras pasada capturando los pequeños insectos que pululan sobre la superficie del agua. Las libélulas "aterrizan" en las ramas secas, pero rapidamente levantan el vuelo al oir el reclamo de sus grandes enemigos, los abejarucos. El bonito Alcaudón común recala en la orilla para echar un trago. Pequeña pero aguerrida ave, llega a la península en febrero para criar, abandonando nuestro país a primeros de octubre en dirección a sus cuarteles de invierno en África.




Alcaudón Común

De pronto una hermosa ave, hace acto de presencia en nuestro rico escenario acuático. Su plumaje inconfundible y su pico ligeramente curvado hacia arriba nos indican que estamos frente al bonito; Archibebe Claro. A pequeñas carreras recorre los márgenes fangosos buscando pececillos y otros pequeños animalillos refugiados en el lodo y que seguro se convertirán en un suculento almuerzo.




Archibebe Claro



 En otro rincón de la charca, encima de unos restos de ramas secas que antaño pertenecieron a una frondosa encina, una pequeña ave destaca sobremanera.
Como una joya alada que atesora en su plumaje los colores del arcoiris, el Martín Pescador no pierde punto de lo que pasa en el pequeño estanque, esperando el momento justo para deleitarnos con una de sus espectaculares zambullidas a la captura de algún alevín. Sin duda su belleza es indescriptible.



Martín Pescador


La tarde va cayendo y el astro rey esconde su rostro tras la colina. Las temperaturas poco a poco descienden dando una tregua a todos los seres de la campiña. Las primeras estrellas empiezan a asomar. Es el momento en el que pequeños mamíferos como la Liebre ibérica, aprovechan para acercarse a beber a la orilla. Siempre espectante sabedora de que es un momento peligroso en el que por unos segundos ha de bajar la guardia. Por ello no pierde punto de lo que pasa y ante cualquier extraño sonido se dispone a partir rauda hacia la espesura del matorral.



Liebre Ibérica



Poco a poco los sonidos de la oscuridad van sustituyendo a los del día. Sin duda, durante la noche, muchos serán los animales que se acerquen a la charca. Como vemos la importancia de estos puntos de agua queda reflejada viendo la diversidad de especies que de una manera u otra se sirven de ellas.
Aunque sin intención, el hombre indirectamente se ha convertido en esta ocasión en un aliado de la vida silvestre. Otro claro ejemplo de desarrollo sostenible. Todo es posible dentro de los engranajes de la sabia naturaleza.

Dedicado a Extremadura en el dia de su fiesta regional.

1 comentario:

  1. Paisano, cuanto más leo tus post más me gusta tu blog, es como si estuviese allí. Las fotos muy buenas.
    Saludos!!

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...